Ingredientes:

Para 1/2 L de helado 


500 g fresas

200 ml nata para montar, fría 

150 ml leche condensada

Opcional: 1 cda de licor de cereza, mora, arándanos o vodka

Para los tropezones (opcionales)


100 g fresas

50 g azúcar

1 cda zumo de limón

Helado de fresas sin heladera

Elaboración 


Paso 1

Lava y seca las fresas. Quita las hojas, rabitos y partes estropeadas. Corta las fresas en láminas finas y colócalas sin amontonar en una bandeja que quepa en el congelador. Otra opción es ponerlas en un táper con film plástico entre capa y capa para que no se peguen entre sí. Tapa y congela al menos seis horas. 

Paso 2

Monta la nata. 

Paso 3

Saca las láminas de fresa del congelador y tritura en un procesador o picadora junto a la leche condensada hasta conseguir una crema espesa con textura parecida al helado. 

Paso 4

Añade la nata montada a la mezcla de fresas, en varias tandas y con movimientos envolventes para que no pierda volumen. Agrega el licor (opcional). 

Paso 5

Vierte la mezcla en un recipiente hermético limpio y seco. Coloca film plástico al contacto sobre la superficie para que no se forme escarcha, coloca la tapa y mete en el congelador. Para conseguir más cremosidad, se puede sacar a las 3 horas para volver a batirlo y congelarlo de nuevo. 

Paso 6

Para los tropezones: calienta en un cazo las fresas cortadas finamente, el zumo de limón y el azúcar. Reduce a fuego lento hasta conseguir una mermelada espesa. Deja enfriar por completo y echa por encima el helado, repartiendo en una capa fina. Vuelve a tapar y guarda en el congelador. 

Paso 7

Saca el helado a temperatura ambiente 10 minutos antes de consumirlo.

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