La gran mayoría pertenece al «grupo de la cebolla común» (grupo typicum) y se les conoce comúnmente como «cebollas».
El grupo aggregatum de cultivares comprende a la «cebolla multiplicadora», que se distingue por los bulbos que aparecen y quedan envueltos por las escamas exteriores, y al «chalote» que forma un racimo o grupo de bulbos laterales unidos por la base.
El grupo viviparum, está compuesto por las cebollas que forman conjuntamente bulbillos y flores en las inflorescencias; este tipo de cebolla se conoce como «cebolla perenne o egipcia»
Una de las más conocidas por aquí es la cebolla autóctona de Zalla (Bizkaia), de carne dulce, sabrosa y jugosa y que no pica. Es muy demandada tradicionalmente para la elaboración de la matanza de cerdo o txarribodas(especialmente para la elaboración de las afamadas morcillas de las Encartaciones), para ensaladas y para guisos.
La cebolla está compuesta en más de un 90% por agua. Contiene también pequeñas cantidades de hidratos de carbono y de proteína vegetal. El aporte de grasa de la cebolla es nulo. También nos proporciona fibra.
En cuanto a su contenido en micronutrientes, podemos destacar el aporte de minerales como potasio, fósforo, calcio, magnesio, sodio y yodo. Este bulbo además nos aporta vitaminas como la C, B3, B6 y B9.
Las cebollas contienen tan solo 26 kcal por cada 100 gramos.
La cebolla tiene acción bactericida y fungicida. Esto quiere decir que nos va a ayudar a combatir bacterias patógenas y hongos.
Tiene un efecto diurético suave que puede beneficiar a la hora de combatir la retención de líquidos.
Es un remedio natural para eliminar los parásitos intestinales como lombrices.
La cebolla se utiliza para mejorar los casos de sinusitis.
Está recomendada para los casos de gripes y resfriados, inflamación de garganta, anginas o bronquitis.
La cebolla tiene la capacidad de contribuir a mejorar la circulación de la sangre.
La cebolla puede mejorar los casos de acné aplicando su jugo directamente con un algodón o gasa limpia cada noche.
La cebolla es un alimento ideal para consumir tanto crudo como cocinado. Si se prefiere consumir cruda puede añadirse a ensaladas junto con otras hortalizas. Por lo general, las variedades dulces son las más empleadas para este fin, aunque también pueden consumirse variedades más fuertes si han estado a remojo unos minutos en agua con limón.
La cebolla es una hortaliza muy versátil. Puede cocinarse tanto asada como hervida, rehogada, salteada o frita. Es un acompañamiento ideal de muchos platos a base de carne, pescado, verdura, legumbres y guisos de todo tipo. También pueden elaborarse con ellas tortillas que incluyan cualquier otro tipo de verduras como espinacas, pimientos, ajos frescos... o utilizarlas como un ingrediente más de la salsa de relleno de pimientos, calabacines o berenjenas. Con ellas se pueden elaborar sabrosas sopas así como incluirlas en diversas cremas y purés.
Además, cuando se cocina la cebolla apenas se ve afectado su contenido en flavonoides, por lo que cualquier plato elaborado con ella será buena fuente de dichos componentes antioxidante.
Su mejor época es durante los meses de primavera.